Sunday, July 20, 2008

Pido Silencio... alzar de un nuevo comienzo.

Cuando falleció mi abuelo, pensé que me moriría junto con él. Pensé que nada había que pudiera hacernos recuperar la estabilidad como familia. Pensé que un montón de cosas se iban al tacho de la basura con su partida. Pero de pronto comencé a ver facetas desconocidas de todos aquellos que me rodeaban.
Sí, porque estoy segura de que todos hicimos lo que mejor sabíamos hacer. Algunos se endurecieron inexorablemente, otros corrieron de un lado para otro con los ritos de rigor, otros lloraron por primera vez en su vida por una pérdida... y otros... otros cantamos.
Y leímos.
[Cantamos y leímos por no poder llorar].
Antes de eso, mi vida transitaba por derroteros muy diferentes.. pero de pronto, fui jalada de vuelta a la tierra... y justo a tiempo. No sé qué hubiera hecho con mi futuro si mi abuelo no hubiera partido tan repentinamente. Me mostró una vida sin norte. Había que tomar cartas en el asunto.
La partida de un ser querido es un evento realmente provocador. Infinidad de rituales y ceremonias existen para remediar la conciencia de no haber actuado a tiempo y de haber cometido errores (conductas por lo demás típicamente humanas y, por tanto, esperables), pero ninguno como el simple acto de decirles que los amamos cada día, de aprovechar cada segundo con ellos... en definitiva, de ser uno con ellos.
Y lo comento a raíz de un evento removedor que sucedió esta semana, relacionado con lo mismo, que evocó cierto comentario... porque yo tampoco quiero llorar de arrepentimiento, es que he decidido comenzar de nuevo. Numerosos sucesos que han deteriorado la imagen que conocía de mí me han movilizado, porque esto no puede continuar así.
A mi lado se encuentra quien ha decidido por ahora compartir este tramo de su vida conmigo, quien ha decidido apostar por mí.
No quiero des-ilusionar-nos.

Por esto, es que pido silencio.

Por cierto, éste es el poema que leí en el funeral de mi tata, por si quieren compartirlo conmigo. [insisto, sigo hablándole a mis voces internas].

Ahora me dejen tranquilo.
Ahora se acostumbren sin mí.

Yo voy a cerrar los ojos
Y sólo quiero cinco cosas,
cinco raices preferidas.

Una es el amor sin fin.
Lo segundo es ver el otoño.
No puedo ser sin que las hojas
vuelen y vuelvan a la tierra.

Lo tercero es el grave invierno,
la lluvia que amé, la caricia
del fuego en el frío silvestre.

En cuarto lugar el verano
redondo como una sandía.
La quinta cosa son tus ojos,
Matilde mía, bienamada,
no quiero dormir sin tus ojos,
no quiero ser sin que me mires:
yo cambio la primavera
por que tú me sigas mirando.

Amigos, eso es cuanto quiero.
Es casi nada y casi todo.
Ahora si quieren se vayan.

He vivido tanto que un día
tendrán que olvidarme por fuerza,
borrándome de la pizarra:
mi corazón fue interminable.

Pero porque pido silencio
no crean que voy a morirme:
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme.

Sucede que soy y que sigo.
No será, pues, sino que adentro
de mí crecerán cereales,
primero los granos que rompen
la tierra para ver la luz,
pero la madre tierra es oscura:
y dentro de mí soy oscuro:
soy como un pozo en cuyas aguas
la noche deja sus estrellas
y sigue sola por el campo.

Se trata de que tanto he vivido
que quiero vivir otro tanto.
Nunca me sentí tan sonoro,
nunca he tenido tantos besos.

Ahora, como siempre, es temprano.
Vuela la luz con sus abejas.
Déjenme solo con el día.
Pido permiso para nacer.






Estravagario - Pablo Neruda.

1 comment:

Milo said...

Llevaba mucho tiempo sin meterme a la vida de los bloggs, cosas alrededor mío y sobretodo haber hablado contigo el otro día me hizo volver a ellos...
En cuanto al relato es verdad y es necesario de vez en cuando tener esa experiencia directa con la muerte para darnos cuentas que estamos vivos y que no podemos dejar pasar la vida así como así, lo segundo es que el poema está muy bonito, al leerlo me imagine mucho a tu abuelo a pesar de que no lo conozco, lo más seguro que la imagen no es del todo fidedigna de él, pero eso no es lo que importa, creo yo.
Mi más sentido pesame ante esta pérdida, pero estoy seguro que hay mucho de él en tí y eso lo hace perdurar en el tiempo.
Saludos